Las mejores frases de Fiódor Dostoyevski

Fiódor Mijailovich Dostoyevski fue un escritor y novelista ruso de gran influencia en la literatura universal y considerado uno de los escritores más importantes de Rusia. Nacido en Moscú el 11 de noviembre de 1821 y fallecido en San Petersburgo el 9 de febrero de 1881.

En la obra de Fiodor Mijailovich Dostoievski se percibe un inmenso interés por el hombre de su tiempo, abordando temas actuales, con personajes inmersos en situaciones extremas, llenos de conflictos interiores y con profundas motivaciones.

Entre sus obras más destacadas están:

Crimen y castigo (1866)
Pobres gentes (1846)
El jugador (1866)
El idiota (1869)
Los hermanos Karamázov (1880)
El señor Projarchin (1846)






Estas son algunas de las mejores frases de Fiodor Dostoievski:

"Los celosos son los primeros que perdonan, todas las mujeres lo saben."

"El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor."

"Y le apena a uno que esa instantánea belleza se haya marchitado de manera tan rápida e irrevocable, que haya brillado tan engañosa e ineficazmente ante uno; le apena el que ni siquiera hubiese tiempo bastante para enamorarse de ella..."

"Por lo visto no había oído mis pasos y ni siquiera se movió cuando, conteniendo el aliento y con el corazón a galope, pase junto a ella..."

"Inopinadamente la casualidad vino en mi ayuda."

"La miré fugazmente. Todos los días sueño que por fin voy a encontrar a alguien. ¡Si supiera usted cuantas veces he estado enamorado de esa manera!"

"Decirle que me muero solo, que no me rechace, pero usted se ríe...Por lo demás, hablo sólo para hacerla reír..."

"¿O fue creado para estar siquiera un momento en las cercanías de tu corazón?"

"En esa otra vida hay una mezcla de algo puramente fantástico, ardientemente ideal, y de algo terriblemente ordinario."

"Cuando digo que mira, miento. No mira, sino que contempla distraídamente. De modo que quizá sólo fugazmente, casi sin querer, puede ocuparse de lo que le rodea."