Lo que no sabías sobre Bertrand Russell

"Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad."  Bertrand Russell


El galardonado con el premio Nobel de Literatura del año 1950, Bertrand Arthur William Russell, tercer conde de Russell, destacó entre otras cosas por su crítica a la religión y los postulados morales de la época.




Nacido en 18 de mayo de 1872, el también ahijado de John Stuart Mill, fue un prominente matemático, escritor, educador y defensor de la paz, pero por sobre todas las cosas, uno de los filósofos, más importantes y destacados de los últimos tiempos.

Russell perdió tempranamente a sus padres y a su hermana, por lo que su hermano y él fueron educados bajo el rigor y la excelencia que garantizaron sus abuelos paternos. Su enseñanza aunque liberal como lo desearon sus padres, estuvo también acompañada de los visos del rigor moral de sus criadores. Sin embargo, esta rigurosidad no apartó al filósofo de su incisivo carácter crítico, ante los muchos acontecimientos históricos que presenció a lo largo de su vida, ante los cuales, siempre se posicionó de forma firme y argumentara.

De la mano de su hermano y a muy temprana edad inició el estudio de la geometría euclidiana, posteriormente estudió matemáticas en el Trinity College de Cambridge y en 1902, publica con gran éxito su obra Principios de matemáticas en la que queriendo dotarlas de un marco científico las traslada a la filosofía lógica.

Con el objetivo de rebatir los principios del idealismo y basándose en la sociología, la psicología y la física, escribe Los problemas de la filosofía. Este filósofo y matemático británico fue un fuerte opositor a la guerra y a inicios de la Primera Guerra Mundial, esta oposición le costó el ser encarcelado por apoyar y defender a los objetores de conciencia, también, fue un firme detractor de las armas nucleares. Russel se manifestó a favor de las libertades sexuales, criticó fuertemente a la religión y argumentó sobre la existencia de Dios.

Se casó en cuatro oportunidades, siendo la última a sus ochenta años. A lo largo de su vida se pronunció a favor de los derechos de las mujeres y debatió sobre el control de la natalidad. Basado en sus posiciones ante las supersticiones, creencias y valores, realizó un decálogo que según algunos entendidos, busca dotar a quien lo lee de herramientas para acercarse a la razón sin convertirse en un escéptico.

El 2 de febrero de 1970 en Gales, Bertrand Russell fallece en la tranquilidad de su hogar. Sus cenizas fueron esparcidas en las montañas y no hubo ceremonia religiosa.


Según algunas fuentes, Russell publicó su decálogo en diciembre de 1951 en la Revista del diario The New York Times. La página filosofiahoy.es lo reproduce de este modo:

1 No te sientas seguro de nada.

2 No pienses que vale la pena ocultar la prueba, pues con toda seguridad ésta saldrá a la luz.

3 Nunca te desanimes pensando que no vas a tener éxito.

4 Cuando te encuentres con una oposición, incluso si viene de tu esposa o hijos, esfuérzate por vencerla con argumentos y no con autoridad, pues la victoria que depende de la autoridad es irreal e ilusoria.

5 No tengas respeto por la autoridad de otros, pues siempre se encuentran autoridades en contrario.

6 No uses el poder para reprimir opiniones que consideres perniciosas, pues si lo haces las opiniones te reprimirán a ti.

7 No temas ser excéntrico en tus opiniones, pues todas las opiniones aceptadas ahora alguna vez fueron excéntricas.

8 Encuentra mayor placer en el disenso inteligente que en la aceptación pasiva, pues si valoras la inteligencia como se debe, lo primero implica una más profunda aceptación que lo segundo.

9 Sé sincero, incluso si la verdad es inconveniente, pues resulta más inconveniente cuando tratas de ocultarla.

10 No sientas envidia de la felicidad de aquellos que viven en un paraíso de tontos, pues sólo un tonto pensará que eso es la felicidad.