Ana Frank: «Quiero que algo de mí perdure después de la muerte»

Aunque ha sido sometido a estudios para intentar dilucidar la veracidad de su creación, ningún dato ha revelado que no sea cierta la autoría e información que relata “El diario de Ana Frank”. De este escrito se dicen muchas cosas que aun hoy no tienen respuesta cierta. Te presentamos a continuación algunos datos que tal vez aun no conoces del polémico diario de la niña que vivió y escribió su experiencia en la guerra.

El libro utilizado por Ana Frank para convertirlo en su diario, en realidad era uno de autógrafos y cuando lo completó prosiguió la escritura en dos cuadernos más, cuyo contenido fue transcrito por ella misma, con cierta edición, a hojas finas. Se cree que Ana, transcribió el diario por un llamado hecho por el ministro Bolkestein desde Inglaterra a través de la emisora clandestina Radio Orange. En la primavera de 1944, reescribió los apuntes originales con vistas a su posterior publicación. A estas escrituras se les llama versión A y versión B.






Las cartas allí contenidas estaban dirigidas a alguien de nombre Kitty, y aún se desconoce a quien realmente estaban destinadas esas epístolas que recogían la cotidianidad de Frank en su diario.

Se cree, que quienes estaban ocultos juntos a Ana Frank fueron encontrados porque alguien cercano los delató, aún se desconoce quién. Lo cierto es que tras su detención, Miep Gies y Bep Voskuijl, las protectoras de los Frank, recogieron todos los textos de Ana y un año después, al conocer que su padre Otto Frank había sobrevivido, Miep Gies le entregó los escritos de su hija. Fue justamente Otto, el padre de Ana, quien publicó los diarios sabiendo que el sueño de su hija era ser escritora. Gies por su parte afirmó que nunca había leído los escritos y que de haberlo hecho los habría destruido por toda la información que los mismos contenían.

Del diario de Ana Frank hay más de tres versiones, que se conocen en las ediciones críticas que hay sobre el mismo y en las cuales se da cuenta de la edición que su padre hizo, la cual suprimió algunas páginas.

Lejos de lo que podría pensarse Ana no murió en la cámara de gas, la causa de su muerte fue el tifus en 1945.

El Museo de Ana Frank, es el segundo más visitado en Amsterdam después del de Van Gogh y es la casa en la cual estuvieron escondidos los Frank junto a siete personas más.